Cuando llegamos a Malta fue una experiencia curiosa, era la primera vez que mi hermana y yo viajábamos solas. Me sentía perdida y algo confusa. Al inicio tuve experiencias malas con una persona en concreto (nuestro casero), pero con el tiempo y cuando las circunstancias cambiaron a mejor, empecé a ver lo hermoso. Preciosos atardeceres en la orilla del mar, paisajes coloridos. Darme cuenta de que hay gente muy buena en Malta. La isla para mí se convirtió en un hogar. Esto, sin dudarlo por un segundo, fue gracias a Vivir en Malta. Si no fuese por ellos tal vez mi situación sería mala, y no me sentiría a gusto con la isla. Gracias a ellos nuestra experiencia ha sido la mejor ya que nunca nos dejaron solas, tuvimos una excelente asesoría y acompañamiento completo. Hoy debo darle las gracias al maravilloso equipo de Vivir en Malta por todo lo que han hecho por nosotras.